La resistencia del arcoíris frente al odio, el miedo y la ignorancia.
Una necesidad: defender la luz del arcoíris, de la diversidad y el respeto.
Hace un año hablábamos de la resistencia de las personas LGBTIQ+ y de que nadie podría jamás silenciarnos, ocultarnos, hacernos regresar a la invisibilidad, la incomprensión, la persecución y la muerte.
Hay una profunda regresión democrática a nivel mundial que nos afecta en nuestro entorno más cercano. Un ejemplo que nos afecta directamente, sin ir más lejos, es que Hungría, país miembro de la Unión Europea, acaba de prohibir por ley la celebración de la marcha del Orgullo LGTBI, más aún, todas “las reuniones que promuevan o exhiban el cambio de sexo de nacimiento o la homosexualidad”.
De un plumazo ha eliminado la libertad y el derecho de reunión y manifestación de una parte de la población, y lo ha convertido en algo sancionable. Asistir a un ciclo de cine LGBTIQ+, hacer un festival como CINHOMO, sería sancionable.
Pretenden imponer el control social empezando por las personas LGBTIQ+, pretenden inculcar el odio y el miedo al diferente. Bien lo saben manejar con maestría el fascismo y el totalitarismo. Todo para que nadie cuestione el poder, sobre todo si ese poder se fundamenta en el recorte de derechos en aras de nuestra “protección” individual y social.
Desde Fundación Triángulo os pedimos que ese miedo no cale en vuestra forma de ver la vida, en la defensa de la igualdad, la libertad y la dignidad de las personas, en la defensa de la diversidad. Que sigáis siendo aliades en lo cotidiano y en lo político.
Apostemos todes porque los colores del arcoíris inunden esos espacios de oscuridad, enterrando el odio y el desprecio, las agresiones de cualquier tipo y realizadas por cualquier medio, especialmente las que se producen a través de redes sociales controladas por quienes no quieren que se cuestione su poder económico, político, social…
Seamos abanderados del respeto y la diversidad siempre y en todo lugar.
